Los investigadores británicos analizaron los datos del Biobanco del Reino Unido de casi medio millón de individuos de entre 40 y 69 años y descubrieron que los fumadores se vuelven esquizofrénicos y sufren depresión más a menudo que los que no fuman.
Los resultados fueron consistentes tanto en casos de tabaquismo de larga duración como en los de nuevos fumadores, según el estudio publicado en la revista Psychological Medicine.
Los investigadores encontraron también evidencias de que la predisposición genética a la depresión aumenta a su vez el tabaquismo, pero su trabajo se enfoca principalmente en los efectos perjudiciales que provoca el hábito de fumar en la salud mental.
Según la investigación, fumar es el mayor factor individual que contribuye a una reducción de entre 10 y 20 años de la expectativa de vida entre las personas con trastornos mentales.
Los autores del estudio alertaron de que la nicotina obstaculiza los receptores de dopamina y serotonina en el cerebro. La dopamina es un químico natural que regula las emociones, mientras que la serotonina, conocida como la hormona de la felicidad, contribuye al sentido de bienestar.
Una falla en este sistema puede causar el desarrollo de trastornos mentales.
El estudio pone de relieve la necesidad de reducir la prevalencia del tabaquismo no solo para prevenir enfermedades físicas, sino también para reducir las mentales.