Donald Trump abre una válvula de escape regional mientras se recrudece el conflicto comercial con China. Estados Unidos tiene ya un pacto con México y Canadá para levantar los aranceles que activó el año pasado contra las importaciones de acero y aluminio.
Lo ha conseguido en plena negociación del nuevo tratado que regula los intercambios entre los tres socios norteamericanos. Es un paso que se considera esencial para que salga adelante el proceso de ratificación del nuevo acuerdo comercial norteamericano, conocido bajo las siglas de T-MEC. El impuesto aduanero estaba creando un problema a las empresas que necesitan los dos metales en sus procesos de manufactura. Como parte del acuerdo, los Ejecutivos canadiense y mexicano se comprometen a retirar los litigios en la Organización Mundial del Comercio (OMC) y las represalias.
El secretario del Tesoro de EE UU, Steven Mnuchin, ya adelantó el pasado martes que se estaba muy próximo a un entendimiento y que el presidente lo tenía como una prioridad. Ese mismo día, el representante de Comercio Exterior de la Administración Trump, Robert Lighthizer, planteaba la propuesta a la ministra canadiense de Exteriores, Chrystia Freeland, en la que se marcaban los términos para desmantelar los aranceles. Trump consigue así cerrar un importante frente y centrarse en negociar con China, ejerciendo más palanca.
El pacto lo cerró el propio Trump en una conversación telefónica, este viernes, con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau. De acuerdo con las primeras informaciones que circulan antes de que el acuerdo se haga oficial, los aranceles se levantarán en un plazo de 48 horas. A cambio, se adoptarán medidas para prevenir que el acero y el aluminio chino entren a EE UU a través de México y Canadá. Se evitará de esta manera también la imposición de cuotas.
Del lado canadiense, Trudeau expuso en un evento en una fábrica de la compañía siderúrgica Stelco en la localidad de Hamilton (Ontario, a un paso de Toronto y cerca de la frontera con EE UU). Los aranceles, de acuerdo con la declaración conjunta, se eliminan a cambio de que se ponga fin a las denuncias en la Organización Mundial de Comercio y se retiren las restricciones que se adoptaron en respuesta. Al mismo tiempo, se reforzarán las medidas de control para detectar un incremento en las importaciones de estos productos y se establece un mecanismo de consulta.
EE UU optó por mantener activos los aranceles del 25% al acero y del 10% al aluminio pese al acuerdo entre los tres Gobiernos para el nuevo acuerdo comercial con México y Canadá. Trudeau, sin embargo, fue muy claro con Trump y le advirtió de que estaba siendo un obstáculo en el proceso de ratificación: Canadá era, no obstante, el que más se jugaba en esta batalla. Ottawa también rechazó que como remedio al litigio se aplicaran cuotas.